Pocas cosas han cambiado tanto en los últimos años como la
tecnología relacionada con la impresión. Es frecuente leer avances en la
impresión 3D, desde implantes para el ser humano, a piezas de una máquina de
competición. Y el mundo de la restauración, no podía ser menos. Yo no es
necesario elaborar piezas rellenas de formas complejas, basta con imprimirlas:
pastas o galletas tendrán estructuras y diseños uniformes garantizando la
combinación exacta en la mezcla de ingredientes. Es posible realizar
impresiones en 3D de cosas tan comunes como una pizza o una hamburguesa, a unos
costes realmente asequibles para estar a la vanguardia de la innovación.
Elaborar postres de formas imposibles permitirá añadir una
nueva componente de sofisticación a la gastronomía incrementando su impacto
visual y mejorando la percepción del comensal. Imprimir con azúcar o chocolate es
una realidad y la industria experimenta continuamente con otras bases
comestibles, proteínas, especias o almidones, entre otros.
Pero no sólo necesitamos imprimir alimentos. La infoxicación
(o sobrecarga informativa) a la que nos encontramos permanente sometidos incrementa
la necesidad de imprimir, pero además nos encontramos en la búsqueda permanente
de nuevo valor asociado a las capacidades que la tecnología nos ofrece:
folletos informativos personalizados, guías de viaje a medida, o catálogos de
vacaciones que se adecuan a las necesidades de nuestros clientes no son ciencia
ficción, son una realidad patente que, no sólo es posible abordar, además puede significar un importante ahorro
de costes.
Si las organizaciones responden a esas necesidades haciendo
crecer su parque de impresión y copiado bajo demanda, se generará un
crecimiento exponencial y no homogéneo de las infraestructuras de impresión,
con el consiguiente aumento de costes asociado a las tareas de mantenimiento y
administración. La mayoría de las organizaciones gasta entre el 1 y el 3% de su
facturación anual en la gestión de su parque de impresión, copia y
digitalización. Todos los estudios y experiencias reales apuntan a que un dimensionamiento y gestión proactiva en éste
área pueden suponer una reducción de costes de impresión de entre el 30% y 40%.
Los sistemas de impresión gestionada, permiten el incremento
de la productividad de los empleados: cambiando la forma en la que una compañía
imprime, copia y digitaliza, y ofreciendo a la compañía nuevas formas de
trabajar de manera eficiente para conseguir nuevos negocios, permitiendo una comunicación
más efectiva y personalizada con los clientes.
Informática El Corte Inglés es líder en Servicios de Gestión de Impresión Optimizada
(GIO) y puede ayudar a su organización a racionalizar los sistemas de impresión
externalizando el modelo de gestión y ofreciéndole un servicio de impresión
copia y digitalización optimizado, bajo la modalidad de todo incluido y pago
por consumo.
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